Hace unos días tomé una decisión que, aunque no cambia el presente, puede marcar una gran diferencia en mi futuro y el de mi familia. Contraté un seguro de vida.
Hoy quiero mostrarles cómo se lo comuniqué a mi familia y cómo les expliqué por qué lo hice, y cómo esta decisión nació de un deseo profundo de cuidarles, incluso en los momentos en los que no pueda estar cerca para hacerlo.
“Querida familia,
Hoy quiero contarles algo importante. Es una decisión que tomé pensando en ustedes, en nuestro futuro y en la tranquilidad que quiero que tengamos pase lo que pase: contraté un seguro de vida.
Sé que no siempre hablamos de estos temas. Sé que tampoco es fácil pensarlo, pero es necesario. A veces, en el día a día dejamos de lado las conversaciones sobre lo que pasaría si un día yo no estuviera aquí para cuidarles. Y fue precisamente esa idea la que me llevó a contratar una póliza.
No es por mí, es por ustedes
Cuando me senté a reflexionar, entendí que este seguro no es para mí, sino para ustedes:
- Para que tengan un respaldo económico en caso de que algo me suceda.
- Para que puedan seguir estudiando, viviendo en nuestra casa y cumpliendo sus sueños.
- Para que, incluso en los momentos más difíciles, no tengan que preocuparse por cómo cubrir los gastos básicos.
No quiero que el peso de lo inesperado caiga sobre sus hombros.
Es un acto de amor
Un seguro de vida es más que un papel con números y términos legales. Es mucho más que eso: es una promesa. Una promesa de que, aunque no pueda estar físicamente, seguiré cuidando de ustedes.
Es como dejar una red de seguridad invisible que nos da tranquilidad todos los días, incluso si nunca llegamos a necesitarla.
Pensando siempre en nuestro futuro
Este seguro también incluye un plan de ahorro. Eso significa que no solo nos protege ante imprevistos, sino que también nos ayuda a construir un fondo para cumplir metas a largo plazo:
- Tener un ahorro para la educación de los niños.
- Contar con capital para iniciar un negocio.
- Disfrutar de una jubilación más tranquila y estable.
Es una herramienta con doble protección.
El mejor momento es ahora
Me di cuenta de que muchas personas esperan “el momento perfecto” para tomar este tipo de decisiones. Pero la verdad es que no hay un momento perfecto, solo está el ahora. Y cada día que pasa sin proteger lo que más queremos es un riesgo que no vale la pena correr.
Así que, amada familia, esta carta es para que entiendan el porqué de mi decisión. No es un presagio de nada malo, sino todo lo contrario: es mi manera de decirles cuánto los amo y lo importante que son para mí. Que pienso en ustedes más allá del presente y que me esfuerzo por construir un futuro donde estemos tranquilos y seguros.
Con todo nuestro amor,
Papá y mamá.”